Union de Enfermos Misioneros

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En mi carne lo que falta a la Pasion de Cristo

domingo, 15 de julio de 2012

LA ORDEN DEL CARMEN Y SU SANTO ESCAPULARIO


ASÍ NACIÓ EL CARMELO

A finales del siglo XII algunos cruzados europeos que habían ido a Tierra Santa, se quedaron en el Monte Carmelo, bañado por el Mar Mediterráneo y formando parte de Galilea. Allí trataron de imitar al profeta San Elías a quien siempre los Carmelitas han tenido como padre Espiritual y eligieron como <<Señora del Lugar>>, con toda la carga de patronazgo y dedicación que esto significaba en la Edad Media, a la Santísima Virgen María.

Los documentos primarios de la Orden hablan de una capilla dedicada a Elías y de que <<nacieron para darle culto e imitar sus virtudes>>. El pueblo captó muy pronto ese patronazgo y les llamó: <<Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo>>. Este aún hoy es el título oficial de la Orden, aunque por razón de brevedad y teniendo en cuenta el lugar donde nacieron    –el Monte Carmelo- el pueblo les llama “carmelitas”. El Papa Honorio III en 1226 aprobó su Regla que han observado durante más de siete siglos  y medio; muchos santos y santas. A finales del siglo XIII se vieron obligados a emigrar a Europa y se extendieron por diversas partes.

EL CARMELO FUE CRECIENDO…

Al llegar a Europa pronto se entregaron al apostolado, al estudio y a su vida de oración, tratando de vivir al unísono con los problemas de la Iglesia. A pesar de ello la orden del Carmen nunca se olvidó de sus orígenes que fueron puramente contemplativos y de su dedicación a vivir y extender el culto y devoción a la Santísima Virgen María, que formaba parte esencial de su misma existencia.



EL SANTO ESCAPULARIO

Al venir a Europa los carmelitas encontraron muchas dificultades y el Superior General de la Orden, San Simón Stock, acudía con angustia y fervor a la Santísima Virgen.

La Santísima Virgen no hizo el sordo a sus plegarias. Se le apareció y mostrándole el Santo Escapulario de su Orden del Carmen le hizo esta promesa: “Este será el privilegio para ti y todos tus carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego del infierno, es decir, el que con él muriere se salvará”.

Esta gran promesa  la ha aprobado la Iglesia en múltiples ocasiones. El Escapulario del Carmen es el signo externo de devoción mariana, que consiste en la consagración a la Santísima Virgen María.



LA DEVOCIÓN DEL ESCAPULARIO

El Escapulario tiene un valor propio y específico entre los demás signos o formas de devoción mariana, ya que aquí no se trata de una devoción meramente exterior o distinta, sino  interna y constitutiva; y no como un acto de simple devoción, sino como un estado de perfecta devoción y consagración a María.

El papa Pío XII en la Carta Neminem Profecto Latet, decía:

“Entre las devociones que los cristianos dedican a honrar a María deben colocarse, ante todo, la devoción del Escapulario de los Carmelitas” Y en esta misma carta recomendaba el Papa:

“a todos los que forman parte, por un especial vínculo de amor como una misma familia con los carmelitas” que veamos que el Escapulario como un “MEMORIAL DE TODAS LAS VIRTUDES DE MARÍA “. “Reconozcan –dice el papa- en este memorial de la Virgen un espejo de humildad y castidad”

1.       Vean, en forma sencilla de su hechura, un compendio de modestia y candor.

2.       Vean sobre todo, en esta librea que visten día y noche, significada con simbolismo elocuente, la oración con la cual involucran el auxilio divino.

3.       Reconozcan, por fin, en ella su consagración al sacratísimo Corazón de la Virgen, por nos recientemente recomendada.



PROTECCIÓN MATERNAL

No hay duda que su gran extensión entre  el pueblo cristiano hasta el extremo de que el cardenal Gomá lo llamara “universal como una iglesia” se debe a muchos motivos. No es el último su profundo y rico simbolismo mariano, sus grandes privilegios y la particular asistencia que siempre ha demostrado la Santísima Virgen hacia aquellos que vistiéndolo la han honrado con devoción. He aquí algunas razones de su valor espiritual:

·         En primer lugar por su rico simbolismo: Ser hijo de María, ver en él todas las virtudes de María, ser símbolo de nuestra consagración filial a la Madre Amable.

·         Por morir en gracia de Dios quien lo vista piadosamente.

·         Porque saldrá del purgatorio cuanto antes quien muera piadosamente con él, según la promesa del Privilegio Sabatino.

·         Por llegar su protección a todos los momentos de la vida, a la hora de la muerte y aún más allá. Estas son sus credenciales: “En la vida protejo, en la muerte ayudo y después de la muerte, salvo”

·         Por los innumerables prodigios que ha obrado por su medio.

·         Por las relaciones que tiene con las dos grandes mariofanías modernas: Lourdes y Fátima.

·         Por las muchas gracias e indulgencias con que los papas han enriquecido visten el escapulario…



¿NO HA PASADO DE MODA EL ESCAPULARIO?

No. Así como no ha pasado de moda ni puede pasar la autentica devoción a la Virgen María.

Desde el siglo XVI –que es cuando se extiende por  toda la cristiandad el uso del Escapulario del Carmen- casi todos los papas lo han vestido y propagado. El marianísimo papa, Juan Pablo II, quiso ser religioso carmelita y se dirigía con los carmelitas y, como ha dicho en varias ocasiones, el vestía desde niño con especial devoción esta librea de María.

El Papa Pablo VI tratando de las líneas señaladas por el vaticano II: dijo: “Creemos que entre estas formas de piedad mariana deben contarse expresamente el Rosario y el uso devoto del Escapulario del Carmen”

EL ESCAPULARIO DEL CARMEN goza de una palpitante actualidad por las siguientes razones:

·          Porque es signo externo de la interna devoción y consagración a la Madre de Dios.

·         Porque es una llamada constante a vivir en presencia de Dios, de acuerdo con esta consagración a María

·         Porque es una señal de nuestra esperanza en María, de nuestra confianza en la Madre de la Iglesia

·         Porque es  devoción constante recomendada a lo largo de los siglos por el magisterio de la Iglesia

·         Porque es memorial de las Virtudes de la Virgen María: humildad, castidad, modestia, candor, oración, mortificación y sobre todo consagración a María

·         Porque es rico tesoro de gracias e indulgencias dadas por la iglesia.

·         Porque es historia de innumerables prodigios materiales y espirituales durante siete siglos.

·         Porque lo han vestido millones de hombres y mujeres de todos los estratos sociales y lo han recomendado los santos.


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